sábado, 24 de marzo de 2012

Quédate más tiempo.


Quédate más tiempo, que todavía nos queda por jugar a inventar nuevos horizontes.
Solo una hora más, que muy pronto se esconderá el sol y no quedará más luz que tu mirada y tu sonrisa.
Y si el tiempo es un cúmulo de mariposas libres en el aire, por favor, sólo te pido, que antes de marcharte me mires de esa forma que me encanta... aunque solo sea por una milésima de segundo, pero que me baste con saber que es esa mirada con la que quiero despertarme el resto de mis días.
Antes de irte abrázame, y dime algo, pero en voz tan baja que no pueda oírte, dime por favor no me dejes nunca más, porque cuando no estás me falta un pedazo de mí mismo, y no tengo ningún sitio adonde ir, donde no me falte el aire.
Y una vez llegada la hora, cierra los ojos con mi imagen en tu mente y corre hacia ese lugar donde tampoco podrás olvidar mis caricias, donde estaré contigo en cada tiempo que sea, cuando quieras, cuando me imagines... me verás allí, aunque no sea real, pero espero que me esperes. Que esperes a que llegue mi hora para volver a verte, en eso que tú llamas paraíso. Espérame los años que me quedan de vida, que cuando me toque mi hora correré a buscarte y no te soltaré nunca, en la eternidad, y sólo entonces verás la sinceridad que tenían mis ''para siempre''.

domingo, 4 de marzo de 2012

Vale la pena.


Cuantas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase “comenzar de nuevo” ¿cuántas cosas no perderíamos? serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos más cálidos, el día que pensamos que se iba a acabar el mundo, el dolor más bonito, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos? dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria? Creo que no porque lo pasado, pasado está y son solo recuerdos al principio puede ser que nos duelan pero poco a poco incluso nosotros nos reiremos de los recuerdos que un día nos hizo daño.