lunes, 21 de julio de 2014

Todo cambiará... y cambió.

-Todo cambiará, dale tiempo a la vida- Decían.
¿Y quién le hace caso a esas palabras? Tal vez alguna parte de tu corazón, donde siempre ha habido una parte de esperanza. Esa esperanza que te hace pasar los peores momentos con mejor actitud, y que si no fuera por ella posiblemente te hundirías en la tierra que te sostiene. Sin ella, seguramente no estaría donde ni como estoy, no sería feliz, tal y como lo soy ahora.
Feliz, palabra fácil de decir, pero difícil a veces de sentir. Para mi era una de las actitudes más difíciles de sentir durante un tiempo un poco prolongado. Y bueno, esos momentos eran los mejores, y con los mejores, con las personas que sabes que estarán ahí para el resto de tu vida y que siempre conseguirán sacarte esa sonrisa que nadie podrá. La familia; mis padres, son los pilares que sostienen mi vida; mi hermana, tal vez una de las personas que más me desconcierta, porque me demuestra que tras millones de peleas, enfados y gritos, siempre puede haber amor. Después de ellos podría tirarme todo el día tuteando a toda mi familia, a la que le debo más que mi vida.
Pero supongo que lo que de verdad quiero enseñar con esto es que... soy feliz. Sí, lo soy, y es una sensación tan gratificante. Porque después de tantos llantos y malos pensamientos, todo a pasado. Ahora me siento como en una nube. Me he dado cuanta que la gente cambia, que hay personas en el mundo que piensan que eres especial y te hacen sentirlo, y que siempre puede ir todo a mejor, todo.
Así que, aquí acaba todo, con una sonrisa.

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